Óscar Domínguez fue un pintor surrealista canario conocido por su obra cargada de simbolismo y por el desarrollo de la técnica de la decalcomanía. Nacido en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife), se trasladó a París en 1927, donde entró en contacto con el círculo surrealista liderado por André Breton.
Su obra inicial mostraba influencias del cubismo y el fauvismo, pero pronto se integró plenamente en el surrealismo, donde destacó por su desbordante imaginación y su tratamiento de temas como el deseo, la muerte y el erotismo. Una de sus contribuciones más significativas al movimiento fue la decalcomanía sin objeto previo, una técnica que consistía en aplicar pintura sobre una superficie y presionar con otro material para generar formas abstractas y sugerentes.
Sus pinturas suelen combinar elementos de la naturaleza con cuerpos fragmentados, figuras metamórficas y escenas inquietantes. Domínguez participó en numerosas exposiciones internacionales, destacando su presencia en las muestras surrealistas de París y Nueva York. Su vida, marcada por crisis emocionales, terminó trágicamente con su suicidio en 1957 en París. Hoy en día, su obra sigue siendo un referente del surrealismo y del patrimonio cultural canario.