“Estoy fuera de la contemporaneidad, como si hubiera pasado de moda.”
Olga Sacharoff (Tiflis, Georgia, 1889 – Barcelona, 1967) fue una pintora vinculada a la vanguardia europea, especialmente al cubismo y al postimpresionismo. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Tiflis y, después de viajar por Europa, se estableció en París a principios del siglo XX. Allí se relacionó con artistas cubistas como Juan Gris y se adentró en las nuevas tendencias artísticas del momento.
Durante la Primera Guerra Mundial, se trasladó a Cataluña con su marido, el pintor y fotógrafo Otho Lloyd, y finalmente se estableció en Barcelona, donde desarrolló su trayectoria artística. Su obra, influenciada por el cubismo en sus inicios, evolucionó hacia un estilo más personal, con un uso expresivo del color y figuras estilizadas. Pintó escenas cotidianas, retratos y composiciones con un toque poético y fantástico, a menudo con una atmósfera onírica.
Sacharoff expuso en numerosas galerías y fue una de las primeras mujeres en consolidarse en el panorama artístico catalán. Aunque quedó en un segundo plano durante décadas, su legado ha sido reivindicado recientemente, reconociendo su aportación al arte moderno.