“¿Qué es el arte sino un medio para compartir nuestra vida interior?”
Josep Maria de Sucre (1886-1969) fue un pintor y crítico de arte vinculado a las vanguardias y al novecentismo catalán. Influido por artistas como Paul Klee y Alexej von Jawlensky, su obra pictórica se caracteriza por un estilo expresionista con elementos primitivistas. Sus pinturas, a menudo realizadas con ceras sobre papel de pequeño formato, muestran rostros de hombres y mujeres con miradas angustiadas, sugiriendo un universo interior denso y existencial. Estas imágenes, de trazo amplio y color tenebrista, reflejan el dolor del siglo XX y exploran temas como la verdad y la moralidad.
Como crítico de arte, colaboró activamente con las Galerías Dalmau, donde promovió exposiciones de jóvenes artistas como Joan Miró, Salvador Dalí y Joaquim Torres-García. También formó parte del grupo vanguardista de Rafael Barradas, conocido como el «Ateneíllo». Durante los años 20 y 30, escribió crítica en diversas publicaciones y continuó explorando temas artísticos con trasfondo político. Después de la Guerra Civil, a pesar de las dificultades económicas, mantuvo su compromiso artístico. En 1962 recibió el Premio Juan Gris por su obra pictórica, reconociendo su trayectoria. Sucre fue un puente generacional, conectando las vanguardias de antes y después de la guerra.