Joan Brull i Vinyoles (1863-1912) fue un destacado pintor modernista catalán, conocido por su estilo delicado y evocador, que combinaba el simbolismo con toques realistas. Formado en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y posteriormente en París, Brull absorbió influencias del impresionismo y del simbolismo francés, reflejándolas en sus obras.
Su producción artística se caracteriza por una fascinación con figuras femeninas etéreas, a menudo situadas en paisajes bucólicos o fantásticos. Estas composiciones transmiten un aire misterioso y melancólico, propio del simbolismo, y un dominio exquisito de la luz y el color. Algunas de sus obras más reconocidas son Somni e Idil·li.
Brull fue una figura activa dentro del movimiento modernista catalán y participó en diversas exposiciones en Barcelona, París y Múnich. También colaboró con revistas modernistas como Pèl & Ploma e Hispania, reforzando el diálogo entre el arte y la literatura.
A pesar de su prematura muerte, Joan Brull dejó un legado artístico que simboliza la transición hacia un modernismo lleno de sensibilidad poética, consolidándolo como una figura clave en el arte catalán de finales del siglo XIX y principios del XX.